"A mí los pinches no me interesan. Yo tengo el apoyo del pueblo aprista", me dicen que ha comentado Agustín Mantilla en su círculo más interno.

"Los pinches" son, claro, los dirigentes apristas que han rechazado las declaraciones que don Agustín hace en el vídeo difundido el domingo. "El pueblo aprista" son las decenas de compañeros que han llamado a su casa en los últimos días, para "expresarle su solidaridad".

"Finalmente ese video me ha favorecido", dice Mantilla (aunque insiste en que él no filtró la grabación). La primicia de Cuarto Poder le ha servido al más leal de los apristas para testear su imagen y popularidad dentro del partido. "Y le ha ido muy bien", se alegra mi tefuen.

De hecho las retorcidas muestras de apoyo de sus compañeros lo han terminado de convencer de una surreal idea: el Mantilla Tour 2007.

Bueno, él no lo llama así, pero el nombre se aplica. Porque Don Agustín calcula -¿o sabe?- que, a finales de este año, saldrá bien librado de los dos juicios que tiene pendientes. Por eso es que ya está coordinando una alucinante gira partidaria en el interior del país, a realizarse a inicios del 2007.

El tour será muy discreto, por supuesto, y estará destinado a afianzar los vínculos con sus leales compañeros/fans provincianos. Mantilla necesita estar preparado: de verdad cree que el reinado de Del Castillo -su peor enemigo- no pasará del año y medio y que entonces será el turno del Partido. O sea, su turno.

Ahora es más evidente que nunca: Por más expulsado que esté, Agustín Mantilla es del Apra. Y quizás viceversa.

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